Los ejemplos sobre cómo puede tratarse nuestra información en la sociedad digital y los
resultados que ofrece son muy numerosos
Si somos funcionarios, tenemos un blog, o hemos participado en cualquier actividad pública y entre comillas en un buscador para obtener resultados a veces sorprendentes.
En nuestro perfil en una red social contamos desde la fecha de nacimiento y el colegio en el que estudiamos hasta cuando salimos de vacaciones.
Algo tan simple como nuestra dirección de correo electrónico del trabajo suele indicar quienes somos y en qué trabajamos y con ello una primera aproximación a nuestro perfil económico y nuestros intereses profesionales.
Nuestro expediente académico dice todo profesionalmente sobre nosotros. Aparecer en un fichero sobre solvencia con un informe negativo puede afectar a nuestra capacidad de compra. Recibir una ayuda o subvención depende de la comprobación de decenas de datos, Por tanto, nuestra información es importante, dice quienes somos, qué cosas nos gustan, cuales son nuestras capacidades y habilidades. Nuestros datos, dicen todo sobre nuestra personalidad y es esencial al usarlos, saber cómo protegerlos.